28/12/10

NO OS DEJÉIS EMBRUTECER NI DEGRADAR


Llovía. Tomé un libro. Lo abrí y leí:
«El padre teme a sus hijos. El hijo se juzga igual a su padre y no profesa a quienes le engendraron ni respeto ni temor. Lo que quiere es ser libre».
«El profesor tiene miedo de sus alumnos. Los alumnos cubren de insultos al profesor. Los jóvenes quieren ocupar inmediatamente el lugar de los mayores; los mayores para no parecer anticuados o despóticos, consienten en esta dimisión. Y para colmo, en nombre de la libertad y la igualdad, la emancipación de los sexos... ».
Buen retrato, pensaba yo, del desconcertante panorama de nuestra época, denunciado en pocas líneas y para siempre.
¡Enhorabuena por la franqueza y la valentía de su autor!
¿Su autor? Platón, que escribió esa página hace 2.350 años en «La República» (libro VIII).
            Dejemos, pues, de lamentarnos y de repetir a porfía: «Jamás se ha visto semejante cosa». En ese terreno se ha visto todo.
            Efebos o «hippies», con indumentaria de cargadores o atuendo de petimetres, siempre fue la misma juventud, ruidosa y rebelde, afanosa de pregonar con extravagancia las primicias de una personalidad que arde por afirmarse... Siempre fueron los mismos adolescentes que disipan sus años de primavera resoplando y retozando, temerosos de que la sociedad los subyugue y el roce de los días convierta a muchos de ellos en humildes bestias de carga...
Entonces, ¿no ha cambiado nada? Sí. El mundo que los rodea.
El mundo y su trabajo en cadena, el mundo y su bomba atómica, el mundo hipertrofiado, alienado por el progreso, el mundo falto de corazón, privado de amor. Un mundo al que la esperanza parece haber excomulgado.
    Y si me propongo seguir hablando a esta juventud es porque creo en su primavera de fuego, porque creo que vale mil veces más soportar el choque de sus exigencias agresivas que veda encenagada en una quietud envilecedora.
Los que se molestan con todo, los que no hacen más que impedir, desanimar, protestar, murmuran indefectiblemente:
Os dirán que acabo de cumplir setenta años. No lo creáis. La verdad es que, desde hace cincuenta años, tengo veinte.
Cuando paso por delante de un cine donde se avisa: «No apto para menores de dieciocho años», apresuro la marcha, como sorprendido en una falta.
    Desde hace cincuenta años, tengo veinte. Lo cual quiere decir que siempre he estado a vuestro lado. Tanto en la hora de los Pobres como en la batalla contra todas las lepras o en «un día de guerra para la Paz», ¿qué habría podido hacer yo sin vosotros? Y vosotros no me habéis fallado.
Un amigo filósofo y un poco poeta me contó esta historia:
Un transeúnte se detuvo un día ante una cantera donde trabajaban tres compañeros.
Preguntó al primero: «¿Qué haces, amigo?» y éste le respondió sin alzar la cabeza: «Me gano el pan».
Preguntó al segundo: «¿Qué haces, amigo?» y el obrero, acariciando el objeto de su tarea, explicó: «Ya lo ves: estoy tallando una hermosa piedra».
Preguntó al tercero: «¿Qué haces, amigo?» y el hombre, alzando hacia él unos ojos llenos de alegría, exclamó: «Estamos edificando una catedral».
Y el caso es que los tres realizaban la misma tarea. El primero se contentaba con ir tirando; el segundo ya le había dado un sentido; pero sólo el tercero descubría su grandeza y dignidad.
     ¡Jóvenes -de quienes yo soy hermano para siempre-, construid también vuestra catedral! Mediante vuestro esfuerzo de cada día. Porque todo trabajo es nobleza cuando lo colgamos de una estrella.     El secreto de la felicidad es hacer todo con amor.
            Para resolver tantos problemas insolubles existe una solución única. En medio de las vociferaciones del fanatismo y los estribillos de la demagogia se impone una voz, tan fuerte y tan suave que los odios motorizados contienen a veces su aliento. Es la voz que dice: «Todos sois hermanos».
     A la inmensa multitud de vuestros camaradas reunidos en Florencia, les dije: La injusticia social, el egoísmo, el fanatismo: esos son vuestros enemigos. Francisco de Asís, Vicente de Paúl, Schweitzer, Dunant: son vuestros generales. Ghandi, Luther King, Maximiliano Kolbé: son vuestros héroes.
¿Qué no sois vosotros de su talla? ¿Y cómo lo sabéis? Para conocer la propia medida hay que empezar por superarse. Decía Romain Rolland: «Un héroe es quien hace lo que puede». Frente a esa ciencia abúlica que se resigna lastimosamente a rendir culto «al azar», frente al progreso fulgurante y devorador, pero hemipléjico, frente a la omnipotente podredumbre del dinero, ¡manteneos firmes!
No os dejéis embrutecer ni degradar. Repudiad esa «anticivilización» que obliga al hombre a enriquecerse, a amontonarse, a renunciar. Que jamás meta la duda su triste hocico en vuestro corazón. Creed en lo imposible. Dad rienda suelta a la esperanza. Haced que florezca la felicidad. Goethe proclamaba: «Una vida inútil es una muerte anticipada». ¡Vivid! Desde hace cincuenta años, tengo veinte.
            Quizá la gran lección de la Batalla que he librado «contra la lepra y contra todas las lepras» no sean tanto los enfermos curados, las vidas salvadas y los hombres liberados cuanto esta verdad que tantas veces he repetido: sin amor, nada es posible; con amor, nada es imposible...
Y este testimonio: si un hombre, por sólo que se halle al comienzo da un golpe cada día con su azada en la misma dirección, sin dejarse distraer ni desviar; si prosigue su esfuerzo cada día sin dejar uno solo, con los ojos fijos siempre en la misma estrella; si da cada día su golpe de azada, ya sea el suelo de roca o de arcilla, termina siempre por abrir un camino... Este es el recuerdo que yo quería legaros...

(Mensaje a la Juventud del Mundo, por Raul de Follereau)

25/12/10

DIOS EXISTE Y ALGUIEN ME LO HA DICHO


         Hace unos años, en mis primeros pasos como sacerdote, recuerdo que pasando un día por el camino lateral de un Cementerio y celebrando la fiesta de Todos los Santos a alguien se le ocurrió pintar en el muro: "La Vida eterna no existe". Al día siguiente otro escribió debajo: "Y tú ¿qué sabes?" Ante ciertas afirmaciones conviene siempre dar razones por las que uno cree o no cree. La razón es una luz que nos conduce en el camino de la vida y ella tiene también interrogantes a los que se debe responder con autoridad. Cuando a uno le cuesta creer en Dios no es momento de rechazo, por parte del que cree, sino de espera. La fe no es una imposición sino una gracia que viene dada por Aquel en el que confiamos y amamos.

         Muchas veces he narrado la experiencia que tuve un día con un joven que me abordó y me dijo: "Soy ateo y esto es irreversible". Lo escuché y cuando acabó de hablar le interpelé: "No olvides lo que te voy a decir: un día en 'un cambio de rasante' o 'a la vuelta de una esquina' la más insospechada… te encontrarás con Dios". Dios tiene el momento oportuno para cada uno y por ello hemos de tener la esperanza de que Dios se hará el encontradizo con todos. Aun aquellos que siempre, en vida, negaron a Dios, al final lo afirmaron; ahí tenemos la experiencia de tantos sabios, políticos, filósofos, literatos… Dios es un Padre que nunca abandona a sus hijos, los deja libres pero siempre les ofrece las manos de su acogida como al "hijo pródigo".

         La fe no se basa en razonamientos más o menos fundados en ideologías sino en la experiencia de un estilo de vivir y razonar que se pone al servicio de una Persona que es Jesucristo, él es la máxima autoridad que nos lleva a creer, a esperar y a amar. De ahí que la fe es el regalo más grande que hemos recibido en nuestra vida y sin méritos por nuestra parte. Me encontré con Cristo en mi niñez y no sabría decir cómo pudo suceder pero sí puedo decir que me llenó el corazón, no puedo decir que fuera una aparición extraña, porque no lo fue, pero sí que me encontré con una Amigo invisible pero más perceptible y más real que mi propia vida.

         Ha sido el Amigo que nunca me ha fallado y nunca me ha dejado en la estacada sólo y abandonado. Incluso en los momentos más frágiles él siempre me alienta y fortalece; en los momentos de enfermedad, y han sido varios, ha estado a mi lado aliviándome. ¿Cómo no voy a creer en Alguien que ha dado la vida por mí? Con él encuentro sentido a mi fe y a él le presento a aquellos que aún no creen y le pido para que un día se encuentren con su amor y les llene con el gozo de la amistad de este Amigo que nunca abandona. Dios existe y Alguien me lo ha dicho y me lo ha demostrado con su inmenso amor. Este Alguien tiene un nombre: Jesucristo. El amor de Dios es el único que puede convencer puesto que sólo el amor tiene razones que la razón no puede dar por sí misma.
(Don Francisco Pérez González)
Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela
(Navarra-España)


20/12/10

Adviento y Navidad de los ancianos.


En la atmosfera cristiana de la Navidad dominan los niños. Y esta bien que sea así. La Navidad de las familias cristianas es un belén lleno de sueños, cánticos y estrellas. Con Reyes Magos cargados de sorpresas.

Donde hay un belén hay alegría, cantos, sueños y esperanza.

El anciano no tiene sueños, tiene sueño. El anciano es un recuerdo con corazón débil. De la esperanza solo le queda la espera. Ya no cree en los Reyes. Ni falta que le hace. Si espera algún regalo, solo espera sin esperanza el beso de alguien que se fue y quizá vuelva.

Para el anciano con fe la Navidad se reduce a un Adviento. Tiempo de espera del que va a venir. El anciano se dedica a esperar. Oficio importante y difícil ese de esperar. Sospecho que una vez aprendido, ese saber esperar es como una filigrana del ser humano. Filigrana más difícil y más bella que la filosofía, la teología o la ingeniería aeronáutica.

Al anciano con fe, le dijeron que al final del tiempo él volvería. Comprueba el anciano que ya el tiempo se acaba. Y él está a punto de volver.

Está el anciano sentado, con su maleta de recuerdos y su interior de silencio lleno de fe serena. No sabe ni la hora ni el día. Pero esos detalles no importan. Lo único que importa es que está a punto de llegar. Ya no hacen falta Reyes, estrellas, ni incienso. Las manos del anciano están vacías. No ha dejado los zapatos en el balcón. No lleva ni alforjas ni muda de ropa. Sólo lleva recuerdos, muchos recuerdos.

Es hora del verdadero Adviento. Recuerdos, fe y espera.

Ven, Señor Jesús.

Luís Alemán Mur

19/12/10

Caramelos


Rafael ayuda a sus padres y a sus hermanos mayores en el horno de la pastelería,  unas veces batiendo yemas con azúcar, otras poniendo una almendra en el centro de las perrunillas que hace su mamá, otras cortando y despegando del mármol los caramelos y envolviéndolos luego en papeles  de celofán, aunque a veces se quema los dedos por que  la pasta aún está caliente.
Le gusta colaborar con la familia, además siempre le compran algo como pago de estas ayudas: un  libro de cuentos, un disco, una linterna para cuando va de campamento... y el se siente orgulloso de  ganarse  las cosas con esfuerzo.
Esta mañana, cuando ha sacado del obrador a la tienda la bandeja de pasteles para que su  hermana Ana, que está a cargo de la tienda, los colocara en el mostrador, ha visto pegada al escaparate una carita redonda, con el pelo rizado y oscuro y unos ojos muy grandes y muy negros que parecían querer comerse el cristal  y a su lado  una mujer  también morena muy guapa, con un pañuelo a la cabeza, pero ella no miraba al escaparate  sino al niño y Rafael ha visto también que estaba triste, e incluso le ha parecido que lloraba.
-Ana  ¿Por qué no entran a comprar?
Su hermana, que estaba afanada en colocar los pasteles, ha mirado hacia donde Rafael señalaba  e inmediatamente ha salido a la puerta y cogiendo  al chaval de la mano  los ha invitado a que pasaran:
-elegid lo que queráis, no tengáis reparo, no os voy a cobrar nada.
El niño, con cara de felicidad y ojos golosos ha dicho:
 -Yo quiero ese pastel de crema, y ese caramelo grande, y una chocolatina y un paquete de gominolas, y...
-basta mi amor, le ha dicho la señora, no debemos abusar de la generosidad de la buena gente.
Ana no obstante, le ha dado al niño todo lo que pedía.
-y a usted, señora ¿no le apetece nada?
-no gracias, mi marido nos está esperando en la esquina y ya vamos con retraso, tenemos que volver a  nuestra tierra, vinimos buscando trabajo y no hemos tenido suerte además (dijo bajando la voz para que el crío no la oyera) hace dos días un matrimonio sin hijos nos ofreció  dinero por quedarse con el niño , por supuesto no aceptamos pero ellos no parecían dispuestos a admitir la negativa, y mi marido y yo tenemos miedo de que se hayan encaprichado de el, hemos visto que nos perseguían y no queremos que nos lo roben
-de todas formas espere, le ha dicho Ana, y le ha preparado un paquete con empanadas y dulces: tenga es nuestro regalo de Navidad, tendrán que comer algo en el viaje.
La señora le ha dicho al niño que nos diera las gracias, y luego acercándose a nosotros, nos ha dado un beso que me ha parecido tan dulce como los que nos da mamá,  después se han marchado.
-Rafael, me ha preguntado Ana ¿no te han parecido?..
-yo creo que sí, le he contestado seguro que eran ellos, y  movido por un impulso extraño  me he acercado al belén  que  adornaba el escaparate, pero en el portal ya no había nadie.

 
Charo Villar.

17/12/10

Un año más NAVIDAD



Un año más, la contemplación del Misterio en la imagen de ese Niño pequeño, nacido pobre, en un pesebre, porque “no tenían sitio en la posada”.
“Os ha nacido un Salvador” ( un Liberador, como diría Jon Sobrino). “Y aquí tenéis la señal: encontraréis a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre”.
Lo siento. No puedo pensar en regalos, compras, comidas copiosas, derroche, luces y todo lo que invita al Dios Consumo.
Mi mente se fija en ese Jesús Liberador, pobre como los más pobres, Dios encarnado. Es decir: un Jesús que nos desvela el rostro verdadero del Padre: su opción por los más pobres. Y desde ahí es Liberación (salvación) para todos, pero especialmente para ellos.
Jesús lo demostraría con innumerables gestos y hechos durante toda su vida.
En este tiempo que la tiranía de los grandes capitales ( eso que llaman “mercados”), hace estragos entre los más pobres de los países desarrollados y por supuesto de los países más empobrecidos, Jesús, su mensaje de solidaridad, fraternidad ( todos somos hijos de un mismo Padre y por tanto hermanos), es todo un referente para la solución de los graves problemas que tiene la Humanidad.
Si actuáramos como Él, si pensáramos como Él, si tuviéramos los valores como Él, el grado de compromiso que Él…, todo sería distinto.
Unas estructuras económicas internacionales injustas, que provocan el ensanchamiento cada vez mayor entre países ricos y pobres, el hambre, las guerras, la exclusión social de mil maneras…, debieran ser transformadas, a tenor de la canción de Taizé: “Hoy comienza una nueva era, las lanzas se convierten en podaderas , de la espada hacen arados y los oprimidos son liberados”
Y somos nosotros, sus seguidores, sus discípulos hoy, quienes debemos trabajar a fondo, junto con otros muchos hombres y mujeres, creyentes o no, para que esto pueda ser realidad en nuestro mundo, tan lleno de dificultades que parecen insuperables.
Debemos estar ahí, apoyando todas las causas justas, que hay muchas y con las que podemos colaborar de muchas maneras, hasta que se llegue a esa transformación total que el Mundo necesita ( revolución, que dirán otros)…”Otro Mundo es posible, otra Iglesia también”.
Jesús vence al Mal con el bien. Triunfa sobre la Muerte. Las tinieblas no pueden con Él.
También nosotros, unidos unos con otros, podemos.
Con estos sentimientos os deseo una

FELIZ NAVIDAD Y UN FELIZ AÑO 2011
Cádiz, 15 de Diciembre de 2010

13/12/10

Una forma de vida

Pregunta: En Holanda hay mucha gente de buena voluntad. ¿Qué podemos hacer realmente para trabajar por la paz en el mundo?

Krishnamurti: ¿Por qué limita usted a Holanda la gente de buena voluntad? (Risas) ¿No cree usted que hay gente de bien en todo el mundo?

Pero mire, la paz no viene dada por la buena voluntad, la paz es algo enteramente diferente. No es el cese de la guerra. La paz es un estado de la mente, la paz es el cese del esfuerzo por ser algo, la paz es la negación de la ambición, el final del deseo de conseguir, de llegar a ser, de tener éxito. Nosotros pensamos que la paz es meramente un paréntesis, el intervalo entre dos guerras. Y probablemente a través del terror de la bomba de hidrógeno, tendremos paz de uno u otro tipo. Pero seguramente eso no es la paz. Hay paz solo cuando no tienes nacionalidades separadas ni soberanías, cuando no consideras a cualquier otro como inferior en raza, o cualquier otro como superior, cuando no hay divisiones en religiones -tu eres cristiano, y otro es hindú o budista o musulmán.

La paz sólo puede darse cuando uno como individuo trabaja por la paz. Lo que no significa que se reúnan en grupos y trabajen por la paz; porque en este caso crearían un cierto patrón al que llamarían paz. El descubrir una paz duradera es algo completamente diferente.

¿Cómo puede un hombre ambicioso, luchador, competitivo, brutal, traer la paz al mundo? Puede que se pregunte: ¿qué me pasaría si no fuese ambicioso? ¿No me echaría a perder? ¿Debería no luchar?

Es como consecuencia de nuestra ambición, de nuestra lucha, del forzarnos unos a otros por nuestro deseo de éxitos y logros, que hemos creado un mundo en el que hay guerras.

Me pregunto si es posible entender realmente lo que significa vivir sin ambición, sin el eterno deseo de éxito (en los negocios, en la escuela, en la familia…). Si podríamos realmente comprender el contenido psicológico de la ambición, con todas y cada una de las implicaciones que conlleva, para así desprendernos de esta actividad sin sentido.

Un hombre ambicioso no es feliz, vive temeroso del fracaso, vive con la carga miserable del esfuerzo y la lucha. Un hombre así no puede traer la paz al mundo.

Igualmente, aquellos que tienen una creencia en particular: el comunista, el católico, el protestante, el hindú…, no son personas pacíficas. No pueden traer paz al mundo porque están entre ellos divididos, deteriorados, enfrentados. Tan sólo un ser humano íntegro, que haya comprendido esta división y toda su corrupción, sólo él puede traer la paz.

Pero no queremos abandonar nuestras esperanzas, nuestros anhelos, nuestras creencias. Deseamos llevarnos todo eso al mundo de la paz. Queremos crear un mundo en paz con todos estos elementos que son destructivos. Así nunca tendremos paz.

Tan sólo la mente que se ha entendido así misma, que esta inmóvil, que carece de demandas, que no busca el éxito, que no esta intentando llegar a ser algo o alguien; sólo una mente así puede crear un mundo donde haya paz.

5/12/10

LA COMUNIDAD de SAN EGIDIO en la parroquia de N.S. de GUADALUPE


El sábado 20 de noviembre tuvimos en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe una grata visita.
                     Vinieron a vernos dos personas pertenecientes a la Comunidad de San Egidio, un movimiento de laicos nacido en Roma en 1968 con el fin de vivir en profundidad el Evangelio y de ser amigos de los mas pobres: vagabundos, mendigos…etc, de una manera concreta y de una forma real.
                     Compartieron la comida con los jóvenes de la parroquia y tuvieron con ellos una agradable charla.
          La Comunidad de San Egidio es conocida por su trabajo en todo el mundo a favor de los POBRES y de la PAZ.
          Fue la promotora del primer Encuentro Interreligioso de Oración que el papa Juan Pablo II convocó en la ciudad de Asís el año 1986. Por primera vez los líderes religiosos del planeta se unieron para ORAR por la PAZ.
                     Y siguen haciéndolo todos los años con Encuentros en distintas ciudades; las dos últimas donde se han celebrado: en octubre de 2009, Cracovia y en octubre de 2010, Barcelona en los que el “Espíritu de Asís” sigue vivo.


          Por la tarde nos reunimos con ellos en los locales parroquiales, charlamos, nos informaron de sus numerosas actividades y terminamos asistiendo a la Eucaristía de la parroquia en la que fueron presentados a la Comunidad Parroquial.   

                     Ellos parten de la relación personal y de amistad con LOS DEMÁS, sean de otra religión, cultura o raza.



          Proclaman que ninguna FE sea origen de conflicto ni lucha entre los hombres y mujeres en el mundo.
          Para ello la Comunidad de San Egidio ha ido tejiendo una gran red de relaciones y encuentros en muchos lugares (está establecida en mas de 70 países) y cree que el DIÁLOGO es el mejor camino para solventar los problemas humanos.


          Al final del día, después de un horario apretado, pudieron saludar al Señor Obispo que los recibió en su casa con alegría y agradecimiento, por venir a compartir con nosotros su Carisma, tan rico  en  la  Iglesia.


 
                     Nuestra MARCHA por la PAZ en Cáceres,  viene celebrándose desde hace  años, está encarnada en este mismo “Espíritu de Asís”.

           La  IX   MARCHA POR LA  PAZ  tendrá lugar el sábado 18 de diciembre a las  5 de la tarde en  EL PASEO DE CÁNOVAS.
  
                    

Cáceres 27 de noviembre de 2010.