1/11/25

LA SALVACIÓN DEL RICO

 Lucas 19,1-10    (31 Tiempo ordinario – C)


Entró en Jericó e iba atravesando la ciudad. En esto, un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no lo lograba a causa del gentío, porque era pequeño de estatura. Corriendo más adelante, se subió a un sicomoro para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo: «Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa». Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador». Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor: «Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más». Jesús le dijo: «Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».

******//******

 

 José Antonio Pagola

LA SALVACIÓN DEL RICO
Son bastantes los cristianos de posición acomodada que se sienten molestos por esta «moda» que ha entrado en la Iglesia de hablar tanto de los pobres. No entienden que el Evangelio pueda ser buena noticia solo para ellos. Y, por tanto, solo pueda ser escuchado por los ricos como amenaza para sus intereses y como interpelación de su riqueza.
Les parece que todo esto no es sino demagogia barata, ideologización ilegítima del Evangelio y, en definitiva, «hacer política de izquierdas». Porque, vamos a ver: ¿no se acercaba Jesús a todos por igual? ¿No acogía a pobres y a ricos con el mismo amor? ¿No ofreció a todos la salvación?
Ciertamente, Jesús se acerca a todos ofreciendo la salvación. Pero no de la misma manera. Y, en concreto, a los ricos se les acerca para «salvarlos» antes que nada de sus riquezas.
En Jericó, Jesús se hace hospedar en casa de un rico. El hombre lo recibe con alegría. Es un honor para él acoger al Maestro de Nazaret. Al encontrarse con Jesús y escuchar su mensaje, el rico va a cambiar. Descubre que lo importante no es acaparar, sino compartir, y decide dar la mitad de sus bienes a los pobres. Descubre que tiene que hacer justicia a los que ha robado, y se compromete a restituir con creces. Solo entonces Jesús proclama: «Hoy ha sido la salvación de esta casa».
Al rico no se le ofrece otro camino de salvación sino el de compartir lo que posee con los pobres que lo necesitan. Es la única «inversión cristianamente rentable» que puede hacer con sus bienes.
La razón es sencilla. No es posible un mundo más fraterno si los ricos no cambian de actitud y aceptan reducir sus bienes en beneficio de los empobrecidos por el actual sistema económico.
Este es el camino de salvación que se les ofrece a los ricos. «Ellos solo pueden recibir ayuda cuando reconocen su propia pobreza y están dispuestos a entrar en la comunidad de los pobres, especialmente de aquellos que ellos mismos han reducido a la miseria por la violencia» (Jürgen Moltmann).



No hay comentarios: