19/12/11

Laico y colaborador de la Delegación de Relaciones Interconfesionales

Francisco Antonio BRAVO PÉREZ,
laico y colaborador de la Delegación de Relaciones Interconfesionales, que apuesta en este Año del Laico por el testimonio de vida como medio para transformar el mundo.



1. ¿En qué parcela de la pastoral te desenvuelves y cuál es tu experiencia?

– Durante muchos años (más de veinticinco) he estado colaborando en la Delegación de Misiones, de la que guardo un recuerdo extraordinario y con la que siempre seguiré vinculado pues, gracias a ella y al excelen tetrabajo de su delegado, don Pedro Jesús Mohedano, he tenido la oportunidad de conocer a gente maravillosa como son los misioneros. En estos momentos colaboro –desde su reciente creación– en la Delegación de Relaciones Interconfesionales. Es un trabajo apasionante y muy enriquecedor.

2. ¿Qué crees que se debería mejorar en este campo?

 – Es una delegación nueva y trabajo e ilusión no nos faltan. Espero seguir gozando con los “pequeños” gestos de encuentro y respeto sincero que vamos encontrando y deseo contar cada día con más personas que nos apoyen y vayan comprendiendo la importancia del diálogo interreligioso.

3. ¿Qué otros aspectos eclesiales o diocesanos deberían cambiar o mejorar para involucrar más a los laicos en la corresponsabilidad y en un mayor compromiso apostólico de transformar cristianamente nuestros ambientes?

– Es verdad que la participación de los laicos se mueve aún demasiado en el ámbito de la “colaboración” más que en el de la “corresponsabilidad”.
La Iglesia debe ir avanzando hacia una distribución adecuada de las tareas y responsabilidades en un clima de comunicación y complementariedad. Confiar en las personas, dar responsabilidades, promover experiencias protagonizadas por laicos –por muy modestas y limitadas que puedan parecer–, ofrecer campos nuevos a los laicos, desarrollar las posibilidades de las personas, acompañar en su crecimiento, capacitación, formación... Todo esto –en mi opinión– permitirá desarrollar un laicado adulto y responsable.

4. Y en cuanto a la actitud de los laicos en general, ¿qué pedirías o recomendarías dentro de este Año del Laicado y dentro de tu delegación?

– Lo primero que nos van a pedir a los laicos es el testimonio de vida. No las palabras y los discursos, sino los gestos, las obras, la vida responsable y sana. La primera tarea de los seglares en el mundo es “cumplir con fidelidad sus deberes temporales, guiados siempre por el espíritu evangélico”. Ser buenos padres, un profesional competente, un ciudadano honesto y responsable, un vecino solidario, un estudiante cumplidor, un deportista ejemplar... Nuestro testimonio tiene –entre los que nos rodean– una “peculiar eficacia” por el mismo hecho de provenir no de un sacerdote o religioso, sino de un laico. Ser coherentes. Y desde la
delegación: respeto al otro para llegar a un diálogo sincero.

Miguel Fresneda

Para más informacion:

http://www.diocesiscoriacaceres.es/menuderecho/Hojas/Semanario_Iglesia_Coria-Caceres_2011_12_11.pdf



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