Jesús le contestó:
—
El que me ama de verdad se mantendrá fiel a mi mensaje; mi Padre lo
amará, y mi Padre y yo vendremos a él y haremos en él nuestra morada. Por
el contrario, el que no me ama no se mantiene fiel a mi mensaje. Y este
mensaje que os transmito no es mío; es del Padre que me envió. Os he dicho todo esto durante el tiempo de mi permanencia entre vosotros. Pero
el Abogado, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre,
hará que recordéis cuanto yo os he enseñado y os lo explicará todo.
Os dejo la paz, mi paz os doy. Una paz que no es la que el mundo da. No viváis angustiados ni tengáis miedo. Ya
habéis oído lo que os he dicho: “Me voy, pero volveré a estar con
vosotros”. Si de verdad me amáis, debéis alegraros de que vaya al Padre,
porque el Padre es mayor que yo. Os lo he dicho ahora, por adelantado, para que, cuando suceda, no dudéis en creer.
------o------
Jesús se está despidiendo de sus discípulos. Los ve tristes y
acobardados. Todos saben que están viviendo las últimas horas con su Maestro.
¿Qué sucederá cuando les falte? ¿A quién acudirán? ¿Quién los defenderá? Jesús
quiere infundirles ánimo descubriéndoles sus últimos deseos.
Comentarios: José Antonio Pagola.

Que
no se pierda mi Mensaje. Es el primer deseo de Jesús. Que no se olvide su
Buena Noticia de Dios. Que sus seguidores mantengan siempre vivo el recuerdo
del proyecto humanizador del Padre: ese “reino de Dios” del que les ha hablado
tanto. Si le aman, esto es lo primero que han de cuidar: “el que me ama, guardará mi palabra...el que no me ama, no la guardará”.
Después
de veinte siglos, ¿qué hemos hecho del Evangelio de Jesús? ¿Lo guardamos
fielmente o lo estamos manipulando desde nuestros propios intereses? ¿Lo
acogemos en nuestro corazón o lo vamos olvidando? ¿Lo presentamos con
autenticidad o lo ocultamos con nuestras doctrinas?
El
Padre os enviará en mi nombre un Defensor. Jesús no quiere que se queden
huérfanos. No sentirán su ausencia. El Padre les enviará el Espíritu Santo que
los defenderá de riesgo de desviarse de él. Este Espíritu que han captado en
él, enviándolo hacia los pobres, los impulsará también a ellos en la misma
dirección
El Espíritu les “enseñará” a comprender mejor todo lo que les ha enseñado. Les
ayudará a profundizar cada vez más su Buena Noticia. Les “recordará” lo que le han escuchado. Los educará en su estilo de
vida.
Después de veinte siglos, ¿qué
espíritu reina entre los cristianos? ¿Nos dejamos guiar por el Espíritu de
Jesús? ¿Sabemos actualizar su Buena Noticia? ¿Vivimos atentos a los que sufren?
¿Hacia dónde nos impulsa hoy su aliento renovador?
Os
doy mi paz. Jesús quiere que vivan con la misma paz que han podido ver en
él, fruto de su unión íntima con el Padre. Les regala su paz. No es como la que
les puede ofrecer el mundo. Es diferente. Nacerá en su corazón si acogen el
Espíritu de Jesús.
Esa es la paz que han de contagiar
siempre que lleguen a un lugar. Lo primero que difundirán al anunciar el reino
de Dios para abrir caminos a un mundo más sano y justo. Nunca han de perder esa
paz. Jesús insiste: “Que no tiemble
vuestro corazón ni se acobarde”.
Después de veinte siglos, ¿por qué nos
paraliza el miedo al futuro? ¿Por qué tanto recelo ante la sociedad moderna?
Hay mucha gente que tiene hambre de Jesús. El Papa Francisco es un regalo de
Dios. Todo nos está invitando a caminar hacia una Iglesia más fiel a Jesús y a
su Evangelio. No podemos quedarnos pasivos.
José Antonio Pagola
Red evangelizadora BUENAS
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5 de mayo de 2013
6 Pascua (C)
Juan 14,23-29
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deseos de Jesús para sus seguidores