En uno de mis paseos por los alrededores de los pueblos que visito, vi que había tres hombres de mediana edad labrando la piedra y haciendo con ella enormes cubos, todos de la misma forma y tamaño.
Mi acostumbrada curiosidad hizo que me acercara al primero.
- Discúlpeme, - Le dije. - ¿qué está haciendo?
- ¿Pues no lo ve? – Respondió con un deje cansino. - Picando piedra, como ayer, como mañana y como pasado mañana. Debí estudiar, como decía mi madre, y estaría en una oficina…
- Perdone - Me dirigí al segundo de ellos. - ¿qué está haciendo?
- Estoy haciendo cubos con esta piedra. Luego los venden a empresas y así más o menos me voy ganando la vida.
- ¿Qué está haciendo usted? – Le dije al tercero de ellos cuando estuve lo suficientemente cerca.
- ¿Pues usted qué cree? – Me contestó en un tono jovial, aunque parecía cansado. – Estoy haciendo lo que pronto será una hermosa catedral.
Desde aquel día intento darle sentido a lo que hago, al recordar de qué buen grado labraba la piedra el tercer cantero.
Autor desconocido.
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