La parroquia de Virgen de Guadalupe
está llena. Dentro, banderas de países como Argentina, Bolivia o Venezuela en
un ambiente de festividad. Al fondo, se estrena el retablo-tapiz pintado por
Eugenia Cruz y que 'viste' gran parte de la pared. «Tiene forma extraplana y
panorámica, con colores LED que atraen», comentaba el párroco, Florentino
Escribano, durante la misa de fraternidad. «Es una reflexión sobre la historia
cristiana y donde también está recogido el éxodo y la acogida de los
inmigrantes», explicó.
Eugenia se ruborizaba. «No merezco
esto», decía después de la misa de fraternidad donde se presentó su trabajo,
dirigida a los inmigrantes hispanos que viven en la ciudad. «Que el cariño no
se acabe, sino que vaya en aumento», deseaba a través del micrófono. El párroco
le encargó el tapiz y ella, que tiene conocimientos en Bellas Artes, se puso
manos a la obra y lo completó en poco más de un mes. «Él me fichó», dice entre
risas ella, «y a mí me encanta pintar», concluía.
Después de la misa, en la que se
pudo ver a representantes institucionales como Luis Felipe Gallego, concejal de
Participación Ciudadana o Rosa Palomino, responsable de la Universidad Popular,
hubo danzas de América y de España. Ambiente divertido y de alegría en la
parroquia cacereña. En el salón de la parroquia, situado en la parte trasera de
la iglesia, una treintena de voluntarios preparan desde las ocho de la mañana
una comidad solidaria compuesta de arroz con fréjoles, huevo frito, verduras y
agua, para 350 personas aproximadamente. «Sin pan ni fruta, tal y como lo comen
muchas familias allí. Y el huevo es un lujo», resalta una de las voluntarias
mientras remueve el arroz para que no se pegue.
Es el Día de la Hispanidad, y como
los últimos 26 años, en la parroquia ubicada en el barrio de Moctezuma se
congrega la comunidad de inmigrantes hispanos con el objetivo de resaltar los
valores de solidaridad, interculturalidad y hermandad de todos estos países.
Este año, además, se ha tratado de
una jornada solidaria a favor de la asociación cacereña 'Oenegé Personas'.
Dedicada a desarrollar programas en defensa de los derechos de los niños,
destinará los fondos no a la escolarización de niños y a complementar un
proyecto de canalización de agua en Haití. María Victoria Palomino es la
presidenta de la oenegé y Maite Burriño, la responsable del proyecto.
«Hemos hecho actuaciones en
Filipinas, Brasil, Haití o República ominicana. No hacemos proyectos
faraónicos, pero tenemos mucha constancia ya que llevamos 22 años ayudando.
Además, identificamos a los beneficiarios para que se conozca el destino del
dinero», cuenta Palomino. Ya por la tarde, la oenegé celebró una charla
coloquio par amostrar sus proyectos y su experiencia.
Durante todo el día hubo un taller
de artesanía, donde se podían adquirir objetos para la ayuda solidaria. También
se entregará el dinero recaudado por la comida, ya que los participantes
colaboraban con aportaciones voluntarias para la causa.
Otras actividades
De camino al comedor, la exposición
'Entre los pueblos hispanos nos ayudamos como hermanos', en la que decenas de
niños de las parroquias de la pastoral conjunta de Guadalupe, Espíritu Santo y
Sagrada Familia, ofrecen su visión de la fraternidad entre países. A lo largo
de la semana se han celebrado otras actividades, entre ellas, charlas de Jesús
Moreno o Fernando Serrano Mangas.
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