
El Bautista tiene las ideas muy claras. No
les propone añadir a su vida nuevas prácticas religiosas. No les pide que se
queden en el desierto haciendo penitencia. No les habla de nuevos preceptos. Al
Mesías hay que acogerlo mirando atentamente a los necesitados.
No se pierde en teorías sublimes ni en
motivaciones profundas. De manera directa, en el más puro estilo profético, lo
resume todo en una fórmula genial: "El que tenga dos túnicas, que las
reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, que haga lo mismo". Y
nosotros, ¿qué podemos hacer para acoger a Cristo en medio de esta sociedad en
crisis?
Antes que nada, esforzarnos mucho más en
conocer lo que está pasando: la falta de información es la primera causa de nuestra
pasividad. Por otra parte, no tolerar la mentira o el encubrimiento de la
verdad. Tenemos que conocer, en toda su crudeza, el sufrimiento que se está
generando de manera injusta entre nosotros.
No basta vivir a golpes de generosidad.
Podemos dar pasos hacia una vida más sobria. Atrevernos a hacer la experiencia
de "empobrecernos" poco a poco, recortando nuestro actual nivel de
bienestar, para compartir con los más necesitados tantas cosas que tenemos y no
necesitamos para vivir.
Podemos estar especialmente atentos a
quienes han caído en situaciones graves de exclusión social: desahuciados,
privados de la debida atención sanitaria, sin ingresos ni recurso social
alguno... Hemos de salir instintivamente en defensa de los que se están
hundiendo en la impotencia y la falta de motivación para enfrentarse a su
futuro.
Desde las comunidades cristianas podemos
desarrollar iniciativas diversas para estar cerca de los casos más sangrantes
de desamparo social: conocimiento concreto de situaciones, movilización de personas
para no dejar solo a nadie, aportación de recursos materiales, gestión de
posibles ayudas...
La crisis va a ser larga. En los próximos
años se nos va a ofrecer la oportunidad de humanizar nuestro consumismo
alocado, hacernos más sensibles al sufrimiento de las víctimas, crecer en
solidaridad práctica, contribuir a denunciar la falta de compasión en la
gestión de la crisis... Será nuestra manera de acoger con más verdad a Cristo
en nuestras vidas.
José Antonio Pagola
No hay comentarios:
Publicar un comentario